jueves, 15 de noviembre de 2012

volver al ruedo

Que jodida la cosa che... Desde hace un par de días (para ser exacto 5) siento como en mi interior, desde las cenizas, se vuelve a construir cada parte, cada lugar, cada esquina y espacio y cimientos de mi... claro, era de esperar, no había podido resistir a aquel huracán que paso el 6 de enero por la puerta de mi casa dejándome vacío (maldito temporal). A veces pienso que mi nariz es fría, tan fría que podría congelar a cualquiera con solo rozarle la mejilla, quizá mi nariz sea la culpable de las lluvias, los rayos, el granizo y los relámpagos o quizá exagere en demasía quizá tenga la culpa de la mitad de las cosas de las que yo la culpo, pero... Sin duda fue la culpable de mis días amargos, en fin, basta de criticas... Te iba diciendo, hacen cinco días que pude ver como renacían otra vez mis ganas de reír sin forzar la boca, de permitirme sentir sin ningún límite, de tener ganas de sobrellevar mis días con una actitud diferente a la de hace un tiempo... Tuve el placer de chocarme con la sombra de la persona más asemejada a mí, fué una sensación indiscutiblemente divina que superó todas y cada una de mis expectativas... No soy feliz, no creo serlo (por ahora) soy partidario de que uno tiene que buscar su propia ruta y construir con ella el camino que, a modo secreto, nos relate el corazón pero puedo asegurar que estoy contento, muy contento por que por fin el destino brindó a mi suerte, por fin la vida me tiró un centro, un par de fichas y... ¡A apostar!, apostar, sí, al dos de corazones... otra vez, si tan solo pudiera ver mi futuro sería todo tan fácil, tan fácil... Que perdería sentido, a ponerme la capa, a afilar la espada, un gramo de balanza, un poco de suerte y optimismo para este nuevo versículo de mi vida y... ¡A confiar en mis sentidos!  pero... Tengo miedo de que mi nariz arruine todo de nuevo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario