El resurgir de memorias y un mezcal

viernes, 24 de febrero de 2012

Qué suden .

Me mata lo que estoy callando, tu ausencia retará a mi llanto

Publicado por Erase una vez en 0:58

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Demasiado tarde, siempre, porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad. La Maga no sabía que mis besos eran como ojos que empezaban a abrirse más allá de ella, y que yo andaba como salido, volcado en otra figura del mundo, piloto vertiginoso en una proa negra que cortaba el agua del tiempo y la negaba.

. Más tarde te creí, más tarde hubo razones, hubo madame Léonie que mirándome la mano que había dormido con tus senos me repitió casi tus mismas palabras. «Ella sufre en alguna parte. Siempre ha sufrido. Es muy alegre, adora el amarillo, su pájaro es el mirlo, su hora la noche, su puente el Pont des Arts.»

Si no tengo esos ojitos que ostentaban cielo eterno para aquella alma menguada ni ese beso que pequeño me colmaba... ¿Que voy a hacer con esta fábula, acabada?

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